martes, 30 de septiembre de 2008

Primera crítica

Un recorrido por la palabra
por Mónica Berman en www.criticateatral.com.ar

“Casa de citas” es un sintagma nominal cuyo significado es harto conocido. Unos personajes-guías nos invitan a seguir un recorrido. Por su apariencia, podrían provocar la visita a uno de esos lugares, podrían coincidir, temáticamente hablando. Pero no, la referencia es otra. Ésta es una casa de citas porque las palabras no son propias sino de otros, palabras de quienes construyen animales fantásticos y escenas seudo cotidianas impregnadas de extrañamiento.
El espacio es parte de la puesta, las escaleras nos llevan cuarto por cuarto (cuarto, cocina, sala ¿quién sabe?) los datos son escasos, las palabras abundantes, hiperbólicas.
En cada rincón se esconde una pequeña historia, debajo de una escalera, delante de una ventana, los recorridos son recorridos por relatos. Los guías, proponen el humor, las detenciones, en general, no.
Es necesario decir que el espacio físico, en el que se desarrollan las acciones colabora de manera notable para estructurar Casa de citas. La nueva sede del IUNA es un lugar muy interesante para inscribir allí la ficción, la conjunción entre lo nuevo y lo antiguo, los recovecos, la variedad de materiales que se atraviesan junto con el recorrido.
Pero lo último que diremos es lo primero en el orden jerárquico, ese paseo por el edificio de la calle Venezuela, es en primer término, una cita con la actuación, con la actuación de excelencia. Dar nombres es un acto de injusticia porque en cada parada se asume un desafío: ni los textos de Marosa di Giorgio, ni los elegidos de Alejandro Urdapilleta son sencillos y el asumir como propia la palabra, el citar como si no fuera cita, es un mérito primordial de este trabajo.

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